jueves, noviembre 16, 2006

Llueve...

Disfruto de la lluvia y el olor a tierra mojada. A través de la ventana me gusta seguir con la mirada unas gotas que van como trapecistas y al final rompen al caer… Es un paisaje digno de admirar y embriagarse con el. Así como las lagrimas limpian el alma, después de una tarde lluviosa viene una noche azul intenso, las estrellas brillan como diamantes.

Es un buen pretexto para pensar en ti… Sentir el calor de tus brazos, la cálida caricia, el sabor de tus besos, las palabras amables, los chistes que me has contado. Y así, sin darme cuenta garabateo una y otra vez tu nombre en la humedad del cristal.

“Nada he perdido, mucho he ganado. Imágenes que se han quedado grabadas en mi mente y están a mi alcance con solo agitar la varita mágica de la imaginación son capaces de que mi corazón palpite emocionadamente. Así volver a sentir y vivir, hoy como ayer y siempre… La magia del amor a través de la distancia y el tiempo”.